lunes, 23 de septiembre de 2013

El miedo es más fuerte que el cemento

Imagina que te lanzas a una piscina de seis metros de profundidad y no sabes nadar, tienes miedo porque se apodera de ti la idea de que te puedes ahogar, el miedo pasa a ser desesperación y te preguntas ¿Qué puede pasar?

Bueno, pueden pasar dos cosas:

1.-Si el miedo te paraliza (y jalaste el suficiente aire) te hundirás por unos pocos segundos y saldrás a flote

2.- Si el miedo provoca que te agites, empezarás a tratar de moverte desesperadamente y eso provocará que te ahogues.

Eso sucede con el miedo, como todo en este mundo, te puede servir para bien o para mal.

El miedo que es para bien agudiza tus sentidos, te prepara para huir, te vuelve ágil y despierto.
El miedo que es para mal te paraliza completamente.

Lo malo con el miedo es que sólo pensamos que lo sentimos cuando estamos enfrente de un peligro real o físico, terrible error.

El miedo está presente en nosotros, es parte de nosotros, y está en nosotros el como manejarlo. Lo peor que podemos hacer es que el miedo nos maneje.

El miedo está cuando dudamos de nosotros mismos, cuando por nuestra mente cruza el típico "No puedo, él/ella no piensa lo mismo, los demás se van a burlar de mí, soy inútil".

Solemos ser tan cobardes que nos volvemos una falsa versión valiente de nuestro ser. Seguimos en la costumbre de usar máscaras para encajar en moldes determinados.

¿Cuántas cosas perdemos debido al miedo? Demasiadas ¿No? Oportunidades, amistades, relaciones, cosas, verdades, personas queridas, tesoros, el amor, e incluso podemos perdernos a nosotros mismos.

La lista puede ser interminable, pero hay que plantearse esta pregunta ¿Qué es lo que no estarías dispuesto a perder debido al miedo? Esa cosa tan valiosa que no estarías dispuesto a perder por el cemento del miedo que nos paraliza.

Esa cosa tan importante que nos haría sacar a ese ser valiente que hay en cada uno.

Incluso el miedo puede llegar a ser dañino, es como un veneno que se propaga en nuestro interior, que es acumulable y provoca que estallemos en gritos, llantos, palabras que hieren, en acciones que lastiman, en personas que perdemos, en oportunidades que botamos a la basura.

Siempre hay alguien que por miedo a perderlo o perderla, irónicamente lo acabas perdiendo por ese mismo miedo, es ahí cuando muchos reaccionan, o cuando perdemos una oportunidad valiosa que desperdiciamos por miedo.

Es tiempo de que te animes a decir "No dejaré que el cemento del miedo que recorre mi cuerpo me paralice"

¿Qué o a quién no estarías dispuesto a perder por el miedo? Piensa en eso, piensa que tarde o temprano si sigues en el camino del miedo, desaparecerá de tu vida.

Es tiempo que el miedo ya no ponga espesa tu sangre y actívate, que podemos vivir con un poquito de miedo, si éste nos agudiza los sentidos y nos da el empujoncito necesario de adrenalina para poder lanzarnos a cumplir nuestras metas y sueños.

Hasta la próxima.-

domingo, 22 de septiembre de 2013

¿Por qué ser alguien más, si puedes ser tú?

Hay dos asuntos importantes de varios que hay en esta vida:

1.-Aprender a ver quién eres

2.- Y destacar en este mundo siendo quién eres.

Suena muy sencillo cuando lo pones en oraciones numeradas, sin embargo, el problema aparece cuando tratamos de poner estos dos sencillos pasos en acción.

El hecho está en que usamos demasiadas máscaras para encajar en moldes que el fantasma de la sociedad ha fabricado, el problema con estos moldes es que existen muy pocos y personas somos muchas.

Chismosos, geniales, guapos, populares, amigueros, frikis, matados, raros, sangrones, gordos, emos, fáciles, cazanovas, deportistas, etc. Etiquetas y moldes cuantificados aplicadas a seres llenos de cualidades.

Todos tenemos un papel asignado en este enorme teatro al que llamamos mundo.

Hace unos días aprendí el significado de ser tú mismo.

Como había puesto entradas anteriores, siempre he tratado de vivir mi vida a manera de que sea una comedia, ha manera de que sea única y especial, de manera que sea yo misma.

El problema es que tardamos mucho en descubrir quiénes somos, y cuando lo descubrimos no nos gusta mucho, porque no encaja en el molde designado que nos agradaría ser.

Platicando con alguien muy especial me di cuenta que el propósito al que estado aspirando ( ser yo misma) quizá había sido alcanzado, todo resumido en una frase:

"Me hubiese gustado tener la mitad de madurez que tú tenías a esa edad, ahora me siento tonto por tratar de imitar a los demás viendo esas series que me atrofiaban mi cerebro".

Cuando dijo eso, yo me quería poner a llorar, pues yo considero a esa persona la más única y honesta que he conocido en la vida, nunca me hubiese cruzado por la cabeza que él fuera de esas personas que tratan de encajar en un molde designado.

Todos cometemos errores, le dije, y ahora lo pongo aquí, todos cometemos errores, está en nosotros decidir en qué rumbo queremos seguir: seguir encajando en moldes o no tener miedo en ser en nosotros mismo.

Y aquí viene el siguiente caso: Otra persona la cual es un poquito rara, hablando entre amigos, nos dijo que no le gusta que le digan que es algo cuadrado o que debería abrirse a los demás, él dijo que lo hacían sentir como que hubiese estado mal toda su vida y que ahora le decían como vivirla.

¡Absolutamente no! Es que a veces, estamos tan confundidos sobre quiénes somos, que nos llegamos cerrarnos en nosotros mismos. Y necesitamos un empujoncito.

Cualquier cosa que se diga de la manera más amable posible es un poco digna de ser escuchada.

Volviendo al caso anterior, no es tanto la madurez que tenemos para ser nosotros mismos, sino las situaciones que nos van formando, aquella persona ha sufrido mucho debido a burlas, y ha llegado a ser una persona un tanto temerosa.

Le dije que lo que hacía que tuviera la valentía de decir lo que siento o no siento era el hecho de estar a punto de morir tres veces, eso hace que pienses que cualquier cosa que te pase podría ser peor...

Ser valiente es tomar lo malo que nos pasa o tomar el dolor que tenemos y convertirlo en algo positivo, eso requiere demasiada fortaleza y nos vuelve alguien valiente.

¿Cómo saber que eres tú mismo? Cuando escuchas comentarios como ese, esos que te hacen llorar, esos que hacen que recuerdes las locuras que has hecho y sonrías.

Soy Melina, la chica que llora por muchas cosas, la que piensa que es mala persona, la que canta y baila al caminar por la calle con audífonos, la que no tiene miedo de decir lo que siente, la que es demasiado rara y chocosa para los demás. Soy simplemente yo.

Y tú ¿Quién eres?

.-Hasta la próxima

viernes, 13 de septiembre de 2013

P.A.S.I.V.O = Persona Adicta a Sembrar Indiferencia a su Vida y Organismo

Pasivo.-  Que recibe o padece el efecto de una acción sin intervenir en ella

Se aplica a la persona que no actúa cuando debería hacerlo

Y otras más definiciones que ofrece el diccionario, sin embargo, por lo que he aprendido esta semana es que, alguien que es pasivo es indiferente ante las cosas que suceden, es alguien que es adicto a encerrarse en su propia tristeza al ser indiferente o tratar de serlo, cuando más tratamos de ser fuertes ante algo, más pasivos nos volvemos.

¿Pero qué pasa cuando nos sobrepasa nuestra pasividad? Nuestro cuerpo, nuestro espíritu, nuestra alma pide a gritos un desahogo, es entonces cuando aparecen el enojo, los golpes a la pared, las lágrimas, la depresión.

Es de ley que en nuestra vida hay ciclos de felicidad y de tristeza,quién es pasivo se aferra a los ciclos de tristeza, al no actuar ante la vida, detenemos nuestro mundo para gozar de nuestra depresión, siempre se muere de sueño.

Nos volvemos adictos al dolor, no hay nada más terrible que la sensación de estar encerrado en ti mismo, sin hacer nada.

Entonces no podemos disfrutar de los ciclos de felicidad venideros en nuestra vida.

Hay que reflexionar que hacemos, en dónde está nuestro error, ¿Por qué hago lo qué hago?

Sin duda, yo soy de esas personas pasivas en la vida, a la cual toda la indiferencia está buscando todas las vías de escape.

Hasta la próxima.-