sábado, 22 de febrero de 2014

Ya lo dijo One Republic: "I'm gonna give all my secrets away"

¿No les ha pasado que en alguna ocasión, se preguntan a si mismos por qué la vida los apedreó con cierta situación? ¿Por qué Dios, Buda, la fuerza, Jebús, Jehova, Cristo, o quién sea, los castigó de una manera tan cruel? Que esto tan horrible les ha dejado una marca terrible en el alma, el cuerpo y la mente, que queda reafirmado en tu memoria como un secreto, y que ese secreto, si lo dejas añejar, se vuelve un miedo, un rencor, un obstáculo, un remordimiento.

Tendemos a acumular todos estos secretos, todos estos traumas, en nuestra espalda y se van volviendo un caparazón, hasta que este caparazón se va volviendo un universo, un mundo. Y cuando menos te das cuenta, te vuelves tu propia versión del gigante mitológico Atlas.

Se han puesto a pensar que quizá estos sucesos, estos ahora secretos ¿No son más que un plan perfecto del destino para llevarnos en la dirección correcta que nos lleva a tantas recompensas? Quizá no me entiendas, pero plántealo de esta manera:

¿Si cambiaras un poquito, por tan insignificante que sea el detalle, de lo malo que te pasó, tu vida hubiese cambiado a lo que es hoy o hubieses aprendido la lección? No sabemos porque nos tenía que pasar lo malo que nos pasó, pero nos podemos dar una idea de cuánto cambiamos a raíz de ello, sea bueno o malo.

A veces esas "pruebas" nos llevan a conocer a personas maravillosas, pero no nos damos cuenta hasta que dejamos fluir esos secretos al vacío aligerando la carga, resolviendo aquellos problemas que parecen achicarse cuando ese pequeño mundo explota porque ya no puede con más.

No digo con esto que debamos ser un libro abierto, pero si que podemos desintoxicarnos de tantos traumas y dejar que esos problemas fluyan porque una vez que los desahogas, verdaderamente quedan en el pasado, un pasado que ya no va a regresar.

Podemos intentar gritarlo frente al mar (claro en un lugar algo privado, no queremos ser tachados de locos), algunas personas escriben cartas y después las queman o rompen, algunos, como yo, simplemente lo hablan al vacío como si algún amigo invisible los estuviera apoyando, escuchando y comprendiendo, escribiendo algún diario, simplemente inhala e imagina que con cada exhalación los secretos, los traumas, las pesadillas se van volando y quemando como el dióxido de carbono.

Todos tenemos historias detrás de nosotros, ¿Te imaginas un mundo donde no hubiera secretos, donde la gente no tuviera historia gracias a los secretos? Sería algo así como un aburrido pueblo grandote, los secretos se vuelven parte de nuestra historia, nos dan una historia llena de colores y matices que nos vuelven un alguien interesante, como una intrépida novela de misterios.

Y si a la gente le asusta entrever esa parte privada de tu alma como lo son los secretos y las historias de vida ¡Mándalas por un tubo! Nuestros secretos son la brújula que nos guía hacia personas y lugares más cálidos, más buenos y comprensibles.

Recuerda que en este mundo no existen las coincidencias, sólo lo inevitable, y que todo nos guía a un final misterioso y divertido.

Hasta la próxima.-