domingo, 21 de junio de 2015

Al hombre que fue mi padre

Voy a dejar en claro una cosa: Sólo celebré el día del padre como se debe sólo 7 años, de los cuales sólo recuerdo cabalmente 3 celebraciones (5, 6 y 7 años) en los que le regalé un paquete de truzas (cortesía de mi mamá), una tablita donde podía colgar sus llaves vergonzosamente decorada con la impresión de mis ( en ese entonces aún más) pequeños pies y un paquete de calcetines (cortesía de mi madre otra vez en ese año). 

Pero desde los 8 años se generó la siguiente agonía anual: Nunca pude celebrar a mi papá con "normalidad", ya que, en primera, mi papá no disfrutaba precisamente el festejar el día del padre; en segunda, está más que claro que a los 8 años la cabeza no te da para idear que méntados le regalas a tu papá; y en tercera, conforme fue pasando el tiempo, pues te vuelves un horrible puber que no sabe ni qué onda con su vida y si a esto le agregas que eres residuo del tortuoso viaje que se llama divorcio, te va sabiendo amarga la festividad, porque creces con la idea de que un padre que no está en casa contigo, no es un papá, y piensas que no merece tal celebración.

Y no es porque tu madre "te meta la idea en la cabeza" no, creánlo o no, hay madres que sí son ubicadas y no tratan de poner a los hijos en contra del padre como si de trofeos, títeres o mascotas se tratase. Al contrario, tratan de hacerte entender que aunque tu padre no viva contigo, no deja de ser tu papá, no deja de quererte; pero el hecho no deja de doler y tu cabeza simplemente no quiere entender.

Pero conforme vas creciendo te habituas a cierta rutina, porque,¡Bendita tecnología! Cuando todavía su objetivo no se había desvirtuado gracias a Mark Zuckerberg, realmente te acercaba con las personas que no podías tener cerca. Y es donde empezaron las llamadas en la mañana, las llamadas al mediodía y las llamadas para desearte buenas noches.

Cuando entro a universidad esas llamadas se convirtieron en llamadas para saber si comiste algo que no sea volován y un "ven, te invito a comer", y les puedo asegurar algo, una plática en la mesa a la hora de comer puede ser algo demasiado filosófico. Ya que él muchas veces puso en términos bastantes simples todo el embrollo sentimental que tenía en el corazón y en la cabeza.

Aunque no estuviese cerca, una llamada era lo único que necesitaba para que él estuviera a mi lado: Cuando quedé en la universidad, cuando me asaltaron (estuvo media hora tratando de apaciguarme por teléfono), cuando me volví "señorita" (lloró y el muy menso me cantó la de primer período feliz), cuando me accidenté y tuve que ir a urgencias el año pasado (era tan dramático que por cualquier cosita que me pasará para él era el fin de mi existencia) fue a alcanzarme a urgencias, me compró todo lo que tenía que comer y hasta collarín consiguió.

Estuvo ahí y no es que toda la vida le haya dado la espalda, es que seguía pensando que un papá tenía que vivir en casa.

Pero, lo asimilé cuando ya no podía celebrar nada más con él, ni siquiera por teléfono.

Hasta el último día no me dejó sola.

Puedo reclamarle mil cosas: porque no iba a los festivales del día del padre, porque no estuvo en casa, porque me dió la espalda cuando más lo necesité, porque tenía que llevarme la contraria (era lo que más le encantaba hacer porque amaba oír mi humor negro), porque me robó el sueño todo un año. Porque me ha dejado sola para siempre. Por qué compró la quinta temporada de Dr. House sin avisarme (Ese iba a ser mi regalo del día del padre y se veía feo en su repisa ver repetido el mentado DVD)

Pero hoy asimilo el hecho que él fue muchas cosas buenas:
-El mejor cuenta cuentos 
-El mejor compañero de juegos
-Mi lector No. 1 de poemas, cuentos e historias
-Mi más grande fan cuando se trataba de oírme cantar.
-Mi manual de etiqueta (sigo haciendo cosas que una señorita no debe de hacer, se ha de estar retorciendo hehehe)


Fue el hombre me enseño las siguientes importantes lecciones (e incluyo citas):

"El único amor que tienes que dar es aquel que te sobre, y no por razones egoístas, sino porque para amar debes empezar amándote a ti mismo, porque si no te amas ¿Quién lo hará por ti?"

"Haz lo que tu quieras, mientras te haga feliz"

"En esta vida, lo único que importa es que seas feliz"

"Sueña, y sueña mucho, pero que esos sueños que vuelvan acciones, y que esas acciones se conviertan en tu meta".

"Ese lunar en tu mejilla es sólo propiedad de papá, y después será del piojoso feo que decidas hacer tu esposo"

"Duele cuando te rompen el corazón por primera vez, y no sabes cuánto me duele a mí tener que recoger los pedacitos, pero te darás cuenta que hay alguien allá que le encantará ayudarte a volverlos a pegar, aunque yo no esté".

"Nunca dejes de sonreír, no sabes quién se puede enamorar de tu sonrisa"

"Amo tu humor negro, gorda, y te ríes como un cascabelito, sólo espero que no te toque un hijo de su chingada madre".


Y a pesar de sus fallos, de lo que hizo o no hizo como padre, por cómo era y por lo demás, amo al hombre que fue mi padre.


(Esta era una de las canciones favoritas de mi papá)