domingo, 23 de abril de 2017

Otra vez esa palabra...Amor

Tenía tiempo, demasiado diría yo, en el que no me había dado el espacio para escribir. Han pasado tantas cosas en mi mente que hubiese querido escribir y no hice por el dichoso tópico del tiempo.

Sin embargo, de lo que voy a escribir a continuación, es acerca de algo que siempre está en mi mente como algo superfluo o escondido y que rara vez cabilo a profundidad...A menos que la cague, como usualmente lo hago, sólo que un poco más de lo usual.

Pero siempre está ahí. Consumiéndome el alma y mi paz cada noche antes de dormir.
Hace unas noches tuve un sueño bastante raro: Soñé que volvía a la secundaria y tenía la vergonzosa edad de trece años. Créanme cuando les digo la frase cliché de que secundaria fue la etapa más vergonzosa de mi vida. En fin, soñé que volvía a vivir varias cosas de esa época pero con el conocimiento y la imagen que tengo de mi misma actualmente a mis veintitrés años. Tuvieron que pasar diez años y un sueño muy bizarro para darme cuenta de algo que voy a hablar a continuación.

El siguiente elemento es el siguiente: Hace unos días, alguien a quién considero significante (aunque de acuerdo con varias amistades, no debería ser así) en mi vida, me hizo el comentario de que siempre le dio curiosidad la forma en la que yo he vivido "lo romántico". Realmente no entendí (y sigo sin entender) a qué refiere cuando menciona que yo me he formado un perfil amoroso muy alejado de la cotidiana imagen del amor que muestran las películas, la televisión y alguna literatura. Que me había formado mi propio criterio y mi propia forma de mostrar mi amor.


Él revolvió demonios que usualmente trato de apaciguar con otras cosas, pero este es el pensamiento que a veces me despierta en las noches: ¿Soy capaz de amar? ¿Estoy queriendo de la manera apropiada?Sé que son preguntas que JAMÁS debería cuestionarme, por una verdad universal: EL AMOR NO SE CUESTIONA, SÓLO SE SIENTE, SE VIVE.

Pero tengo la mala costumbre de cuestionar, y cuestionar demasiado. Ahora viene la relación con mi sueño raro: Parte de porqué me cuestiono lo que me cuestiono tiene que ver con cuatro chicos a los cuales quise o me gustaron demasiado, o por los que viví una etapa de enamoramiento, y por ciertas cuestiones, me han hecho sentir que jamás voy a tener alguien a mi lado. Sí SÉ QUE NO NECESITO A ALGUIEN PARA SER FELIZ, PARA SENTIRME AMADA. Pero todos tenemos esa necesidad de tener a alguien que te ame de vez en cuando ¿Saben? Que te digan que eres parte de su corazón, que eres esa cosa especial que le da luz a sus días, que eres motivo de esa sonrisa especial.

Pero cuando vez el romance desde lejos... Duele ¿Saben?

Y así fue como me fuí dando cuenta de que era incapaz de querer de la misma manera que los "demás", no pondré los nombres de estas personas, pero fueron cuatro y no, no está incluido ese chico que me comentó lo de mi forma de querer:

-El primer chico del cual me "enamoré" tenía trece años como yo, recuerdo que lo conocí en un curso de verano. El típico amor de verano en secundaria ¡Un completo cliché! Nos íbamos juntos de regreso a casa y después nos seguíamos hablando. Gracias a él aprendí ciertas cosas: Para querer a alguien tienes que escuchar, tienes que ser el apoyo de esa persona. Él fue la primera grieta, y la primera lección: No puedes querer a alguien egoísta, en alguien que sólo está dispuesto a que lo escuchen y no a escuchar.

-El segundo chico que me gustó fue en la preparatoria, y me enseñó una lección de sentido común: NO TE FIJES EN ALGUIEN QUE TIENE NOVIA, Spoiler alert: Tú no eres la heroína que al final de la historia el chico se da cuenta que es a ti a la que quiere. Sé está con quién se quiere estar, ni más ni menos. No importa que tan buena amiga trates de ser con la esperanza de que se fije en ti. Nada pasa, te aprendes a valorar.

-Algunas lecciones requieren refuerzos, y no, el tercer chico no tenía novia, era peor: Tenía a alguien en el corazón. Eso no lo puedes borrar por más que trates de hacer sentir especial a esa persona. 

Estos dos chicos, partieron mi corazón a la mitad, te das cuenta que no puedes querer de esa manera en la que a lo lejos puedes decir que "Ella es como magia", porque, como la magia, no existo.

-Y llegamos al cuarto... ÉL, sobra decir que él dio el golpe final. El motivo por el cual mi corazón no ha vuelto a tener la misma confianza en querer a alguien. La lección primordial: El "amor" no cambia al chico malo. 

Y... regresamos al punto de mi peculiar forma de amar y la constante cuestión si quiero de buena manera o no. Buscas toda tu vida marcar esa diferencia en alguien y no por objetivo... Sino porque así te gustaría que te quisieran.

Quizá la imagen que tengo de como me gustaría vivir el amor raya en la ficción: Tener chistes privados, que sepa qué significan mis gestos, cuál es mi color favorito y que al verme de lejos... vea magia, algo que no hay tan a menudo en este mundo. 

Yo misma he pecado de creer que encontrarás a alguien como en los libros: Un Patch Cipriano, un Levi, un Park, otro Levi (de Fangirl), un Ian O'shea o un Travis Maddox. Buscas tanto a alguien así que se te olvida que son ficticios, no hay nadie así, no que tú sepas.

Y si alguien pudo verlo... Significa que allá afuera hay alguien que despierte en mi esa forma tan inusual que tengo de querer y que él también me quiera con su inusual forma de querer. Sin necesidad de preguntarse si está bien o está mal.

Hasta la próxima.-