jueves, 31 de diciembre de 2015

Remembranza

Yo sé que varios están ocupados haciendo o ayudando a hacer la cena de año nuevo, quizá están jugando con sus primos o sobrinos más pequeños, o quizá estén esperando a qué hora van a cenar.
O puede que se estén poniendo guapos o guapas para ir a visitar a la familia y cenar todos juntos.

Sea como sea, yo sé que varios han aprovechado el transcurso de este día para recordar los buenos momentos que vivieron durante este año y quizá tratar de entender por qué pasaron los malos momentos.

Al principio de este año, hice una lista de 7 resoluciones de lo que quería lograr para mí en este año, no hice 12 porque soy incapaz de cumplir varias.

Las resoluciones fueron las siguientes:
  1. Ahorrar mucho dinero.
  2. Empezar el hábito de ejercitarme
  3. Comer sanamente
  4. Ser buena persona
  5. Decir menos groserías
  6. Ser feliz
  7. Relajarme
Quizá no era la gran cosa, pero, para alguien que había empezado el año huérfana, desorientada y confundida, era lo mejor que podía hacer. Tal vez por eso había escrito la resolución 6, después de varias malas noticias durante meses, parecía que había pasado mucho tiempo desde que había sido feliz por última vez.

Pero los primeros meses, no habían sido lo que yo esperaba, amigos se iban lejos a emprender su propio viaje de descubrimiento personal; unos se iban lejos y otros no tanto. Otros simplemente me borraron de su retrato y yo tuve que hacer lo respectivo.

Empecé concentrándome con las resoluciones 2 y 3, fue algo gracioso, porque el profesor que me daba la clase de gimnasia aeróbica decía que todo lo que uno emprendiera se tenía que lograr con actitud,y hacer lo que a uno le hacía feliz y le apasionaba.

Fue con actitud que pude empezar a retarme a mí misma para alcanzar ese objetivo, con ayuda de uno de mis amigos debo decir. Fue muy divertido ver como cada día me volvía más veloz y resistente. Pero ese propósito se vió truncado por enfermedades que me dieron en Julio y empecé a tener dolores muy fuertes en los huesos, poco a poco lo estoy retomando.

En mi andar por todo este año, no me había dado cuenta que el consejo de mi profesor caló en mi, era mi actitud y mis ganas de superarme día con día que, sin darme cuenta, estaba cumpliendo  metas que hacía años me las había propuesto: Certificarme en inglés, aprender un nuevo idioma, empezar a hacer el servicio social y curiosamente vinieron mis primeras prácticas en el ámbito laboral.

No saben lo feliz que fuí al ver por primera vez mi nombre como autoría de una nota en el periódico, y en el medio en el que he soñado trabajar desde que soy niña.
A veces las metan atraviesan turbulencias, tuve que suspender mi servicio social debido a un accidente que tuvo mi hermano.

Gracias a todo lo que es bueno, todo salió bien.

A finales de este año tuve la oportunidad de empezar prácticas en otro medio, fue muy genial y espero seguir ahí por mucho tiempo.

Son muchos los cambios que vinieron y vienen: presentar mi examen de titulación, mis prácticas, cursar mis casi últimas materias, ver que la tan adorada etapa de la universidad se está acabando.

Una etapa que este año estuvo repleta de nuevos amigos, de reforzar amistades, de momentos llenos de risas locas, de caminar en medio del norte cantando canciones de Disney y de karaoke friki, de aprender coreografías y de aprender que a veces los malos momentos suceden por algo.

Es así como las resoluciones 6 y 7 llegaron, y no puedo estar más satisfecha, no puedo pedir más, tuve el apoyo de mi familia, de mis amigos y de mis profesores. Incluso no esperaba conocer gente de otras partes del continente, fue algo genial.
Quizá mi año no estuvo repleto de viajes y de cosas materiales al por mayor, pero estuvo llena de lo importante:

De amor, de esfuerzo, de fortaleza, de familia, de amistad y de sueños.

Sigo extrañando a los que se fueron y no dejo de recordarlos cada momento que puedo, pero sé que están orgullosos donde quiera que estén.

A veces duelen las heridas viejas, pero ya dejaron de sangrar que es lo importante.

No dejo de sentir miedo al futuro, pero eso es lo emocionante de la vida: Uno nunca sabe que puede haber adelante del camino.

Les deseo un muy feliz año nuevo.

Los quiero demasiado y gracias por formar parte de mi año y de quedarse como un pedacito de mi corazón.

.-Hasta la próxima.


viernes, 11 de diciembre de 2015

Demonios internos

Hay gente que dice que la gente nunca cambia, otros dicen que las personas sólo cambian cuando buscan algo de alguien. Yo suelo decir que el cambio en cierta manera es una ilusión y que el tiempo y las ganas de cambiar son la única constante "real" que existe.

Y si no me creen, tan sólo hay que mirarse al espejo ¿Son iguales a cómo eran hace 3, 4, 5 años? Luego hagan un examen de consciencia ¿Siguen pensando o haciendo las mismas cosas que hace el mismo lapso de tiempo? Es obvio que la respuesta va a ser que no.

El tiempo es la única cosa que nos marca sin tocarnos directamente en el cuerpo. Las heridas, las cicatrices, las caricias, los abrazos llegan de manera etérea en forma de aprendizaje; en forma de cambios.

Es inevitable que no seamos la misma persona que fuimos tiempo atrás, pero el rezago de ese ser se queda en nosotros, es común que pensemos que ese antiguo "yo" salga de donde está enterrado o encerrado para volver a hacer de la suyas.

Porque muchas veces nuestro viejo ser no suele ser una buena persona, no suele ser alguien lindo; suele ser un maldito desalmado, alguien que tomó cosas importantes a la ligera.

Quizá pudo ser alguien del cual tú en el presente no te sientas orgulloso, quizá te avergüences de esa criaturita depresiva y con tendencias autodestructivas; tal vez hoy miras aquellos cortes o heridas preguntándote "¿En qué estaba pensando?"

Esos entes del pasado tienden a ser nuestro peor enemigo. Vivimos la mayoría del tiempo temiendo volver a ser esa persona, pasamos gran parte de nuestra vida pensando en ellos que no nos damos cuenta de como el tiempo nos va forjando.

Jamás, JAMÁS volvemos a ser como fuimos en el pasado, es algo casi imposible: Es como tratar de volver a tener 5 años otra vez: Podrás comportarte como un crío de cinco años pero no por eso serás un niño de nuevo; lo mismo sucede: Podemos comportarnos como esa persona que fuimos pero no volveremos a ser esa persona de nuevo.

Pero ese miedo hace que esos sujetos evolucionen en demonios internos: en criaturas que lastiman nuestra alma con sus siniestros susurros, que te incitan a estar al borde del precipicio, las que te dicen que perderse en el camino es buena idea.

Pero siempre hay que tener un pensamiento que hará que todo vuelva en calma: Nosotros somos como una piedra y el tiempo es como la arena que arrastra el viento, es la que le da forma a la piedra y nunca será igual con el pasar de los años. Nunca regresará a su forma anterior y siempre estará en cambio constante.

Es cuestión de ver en nuestro interior, sonreír tranquilamente y decirle a esa criatura: "No volveré a tomar otro camino, estoy muy lejos de ti".

Y permitir que el tiempo siga forjandonos con su imperceptible caricia.

Hasta la próxima.-






jueves, 10 de diciembre de 2015

Keep moving forward

¿No les ha pasado que en ocasiones les cruza por su cabeza la expresión "Cómo cambia todo en un año"? O en cualquier período de tiempo en realidad, bien dicen que el tiempo no perdona o no olvida o lo que sea...

Esto me puse a pensarlo debido a que el 1 de Octubre Facebook que es muy lindo, me recordó mis publicaciones de años anteriores y en una de esas publicaciones hablaba del deceso de un amigo.

Fue entonces que me puse a pensar: "A partir de esa fecha el resto de mi año se fue a la debacle" "¿Cómo fue posible?" Se fue mucha gente querida para mí y cambiaron muchas cosas para mal en mi vida, osea todo se iba al caño. Lo mismo pasó con el 20 de Noviembre, cuando mi abuelo también cumplió un año

Pero ¿Y qué pasó? Digamos que si el 2014 fue un año muy maldito, digamos que los tres primeros meses de 2015 no estuvieron exentos de esa hijoputes tan característica y se dedicaron a darme ciertos puñetazos.

Aunque, para la segunda mitad de Marzo, mi año, y quizá mi vida entera, cambió.

Y es lo que al principio uno no nota cuando está en medio de la tristeza, la decepción y, en ocasiones, la frustración: Hay milagros que tienen una curiosa y maravillosa forma de presentación.

Un baguette, un ukulele, una guitarra, ayudarte a escapar de una horda de fans del América, ser amigo del ex-novio de mi hermana; sí, los milagros vienen en formas muy peculiares.

Pero otras cosas cambiaron: Empieza uno a convertirse en una prioridad, cuidarse y quererse es la tarea diaria; así empiezan los hábitos saludables.

Y no sólo me refiero a hacer ejercicio y comer saludable: Sino a preocuparse menos, a dejar de odiar y abandonar los malos recuerdos. Hubo momentos en que me caía y lloraba. Sin embargo, estas personitas con su peculiar forma de ser, con sus consejos y tonterías, hacían que la labor de levantarme fuera más fácil.

"¿Cuánto puede cambiar en un año?" Demasiado, un año te da demasiado tiempo para que puedas cambiar tu panorama respecto a varios aspectos de la vida.

Un año es tan generoso que un mes te da amigos y para el final del año se convierten en tu familia; te da heridas y las convierte en cicatrices en forma de madurez; te da oportunidades para hacer lo que más quieres hacer en la vida.

Sólo es cuestión de dejar lo malo atrás y mirar hacia adelante, todo lo que está en el pasado y lo traemos al presento o al futuro, sólo sirve de lastre.

Cuando menos veas, estarás riendo de nuevo, cantando de nuevo, hablando de nuevo y cuidando y amando a tu nueva familia, a tus milagros, estarás cosechando los éxitos sembrados con el esfuerzo.

Ir hacia adelante es la única forma de sobrevivir.

Hasta la próxima.-