lunes, 6 de julio de 2020

Películas Románticas

Algo que siempre he amado son las películas: ya sea yendo al cine o disfrutando de las historias en la comodidad desde mi casa. Podría considerarme una cinéfila muy versada, pero la realidad es que soy una cinéfila en el sentido más sentimental de la palabra.

El gusto por el cine raya casi en lo romántico pero, no soy muy afecta por el cine de arte o el cine independiente. Aunque hay 2 tipos de películas que no me agrada ver en lo absoluto: las películas de guerra y las películas románticas.

Y la razón es la misma: Me hacen llorar.

Y no soporto llorar, pero esta entrada es para hablar del segundo tipo de películas.

¿Por qué me hacen llorar las películas románticas? He de aclarar que no todas me hacen llorar, los clásicos de la comedia romántica como las películas de John Huges no me sacan tanta lágrima.

Pero las actuales... Traen como resultado media caja de kleenex usada y una sensación de soledad (no soltería) tan pesada que me oprime el pecho, talandrándome en la cabeza ¿Por qué no me puede pasar algo así en la vida real? ¿Es que me cuesta tanto saber amar? 

Y no es que las películas románticas me hayan inculcado un estándar imposible sobre lo que son las relaciones románticas, simplemente me recuerdan lo que jamás he tenido: una simple historia de amor. 

Ya saben, la chica conoce al chico en el lugar menos esperado y hay una chispa entre los dos, se van conociendo y van descubriendo sus sentimientos; superan las pruebas del destino juntos y después de todas las dificultades, están más seguros que nunca que lo que más desean es estar uno con el otro.

Creo que con lo que más fantaseo al respecto es con la ilusión de lo inesperado; que un día el chico llegue a la puerta de mi casa de la nada, solo a decirme que se ha dado cuenta que me ama.

Sé que eso no existe, el amor no surge de la nada, en serio estoy consciente que es algo que se trabaja y se fortalece con la comunicación, se nutre con la empatía y es una labor de equipo.

Solo que, sé que hay una pizca de esas cosas que pintan en las películas, que me recuerdan el temor que tengo a enamorarme y al mismo mi terror a que no llegue a mi vida alguien con quién vivir una historia como de película.

Pero para evitar pensar en ese dolor, prefiero no ver las películas románticas. Así te olvidas un poco del desastre emocional que vive una día con día en la soledad.

Sé que no es lo más sano, pero tampoco es bueno alimentarse de estas historias en donde los protagonistas se quedan juntos al final de la película.

¡Nos vemos pronto!

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